sábado, 23 de febrero de 2013

El regalo del viento


Caminaba como lo hacen los seres que se saben apetecidos, deseados. Se contorneaba con total descaro ante la vista de todos los hombres que pasaban por aquella calle (húmeda por la reciente lluvia). Algunos tipos le gritaban obscenidades. Esto, en vez de molestarle, le producía placer y lo demostraba con esas sonrisas de superioridad de las mujeres hermosas, esas sonrisas de satisfacción que nacen a pesar del esfuerzo por evitarlas. Este tipo de damas saben que acaparan la atención de los hombres y la envidia de las demás féminas.

Ella usaba una blusa negra de licra, el escote generosamente abierto, la diminuta falda azul grisáceo, unos zapatos de tacón tan altos como la torre Eiffel, y una cartera pequeña de cuero color negro en su hombro.

Movía su culo mientras transita la ciudad maldita, con el brazo izquierdo levantado y la mano caída, no miraba a nadie. Yo que era un imberbe en esos días, incapaz de hablarle a una mujer y peor a una tan despampanante como aquella, la contemplé paralizado. Pasó ante mí y pude oler lo que me pareció el dulce aroma de la lujuria.

Era como una agente de tránsito. Detenía a todo aquel que pasaba cerca de ella, incluso a los que venían en la otra acera. Yo la miraba alejarse entre triste y extasiado, ya que sería el recuerdo y alimento de mi imaginación por la noche cuando estuviera solo en mi cuarto, pero quería ver más y ¡oh Dios! Bendito viento que sopló tan fuerte en ese instante que le levantó la falda y pude ver su exquisita tanga roja, metiéndose a duras penas y entre empujones en aquellas nalgas grandiosas, firmes, redondas, color canela.

Es poco decir que esa noche fue una de las más hermosas, largas y fructíferas de toda mi adolescencia.

Fernando Betanco

CLIK PARA AGRANDAR


Este relato y otros los puedes leer también en  Periódico Irreverentes en España


2 comentarios:

  1. Petición de adolescente inquisitivo concedida.Gracias Eolo¡¡¡¡
    Recién conozco tu blog y me parece interesante.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracia por tu visita The Shadows.

    ¡Abrazos!

    ResponderEliminar